Covid-19 · 1ª parte

Lávese las manos.

Es su responsabilidad como ciudadano… No cuestione las decisiones del Estado y tenga presente sus recomendaciones. Prosiga su camino, mantenga su estilo de vida prácticamente al mismo ritmo. No hay de qué preocuparse, ni menos aún razones para alterarse. Deje el pánico de lado: está todo perfectamente controlado. Se lo aseguramos. Pero, eso sí…

Lávese las manos.

Acuda a aquellos eventos multitudinarios que ya estuvieran programados. No vaya a renunciar a sus ociosos planes… Recuerde cuántas horas invirtió trabajando para poder disfrutarlos. Recuerde seguir haciéndolo otras tantas más para que en el futuro se los permita con asiduidad. Conserve la calma, e intente evitar tanto los besos como los abrazos. Prescinda del contacto o, si acaso, lleve a cabo el justo y necesario. ¿Qué puede pasar? La situación sigue bajo control. Y ya sabe…

Lávese las manos.

Otros países y sus sistemas sanitarios no estaban preparados. Tampoco adoptaron protocolos adecuados. Ni siquiera sus vecinos se tomaron en serio la gravedad de esta amenaza invisible… Y por ello están al borde del colapso. Tal no será nuestra situación: contamos con grandes profesionales listos para la actuación. Preserve la serenidad y aumente las precauciones. Acuérdese…

Lávese las manos.

Serán sólo unos pocos casos y se abordarán con éxito, nada alarmante… siempre y cuando los números actuales de más de tres cifras no sean reseñables. Conviva a media distancia, eluda pequeñas aglomeraciones y siga con una actitud sosegada. Lidiaremos con el virus… Y no tema: sólo afecta de gravedad a quienes cuenten con patologías previas o a personas en avanzada edad… Seres humanos en cuyo seno acogieron al resto de sus familias cuando a estos no les quedaba nada. Ni lo había. Para algunos eran «mamá» o «papá». Para otros, «aita» o «yayo». Incluso «hija» o «tate». ¿Cómo llama usted a los suyos? Quizá debería recordarlos mientras expone y deshumaniza a los demás con cada acto de irresponsabilidad. Pero no lo olvide…

Lávese las manos… Y limpie su conciencia. Si es que puede.

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