¿Estás preparado para sobrevivir al horror?

Han pasado casi dos décadas desde la primera vez que nos adentramos en la mansión Spencer en busca de cobijo tras huir frenéticamente de aquel grupo de cerberus junto a nuestros compañeros de S.T.A.R.S. Menos tiempo aún desde que disfrutamos de un remake que no sólo alcanzó unas cotas de éxito y calidad similares al original sino que, además, lo superó, mejorando todos y cada uno de sus apartados. Por ello, sobre todo para los amantes del survival-horror, es un tanto complicado no sentir cierta nostalgia al ponernos a los mandos una vez más para revivir tanto la historia de Chris Redfield como la de Jill Valentine una vez atravesaron aquellos portones.

Por todos es sabido que este título revolucionó el género —sin menospreciar a «Alone in the Dark», por supuesto— y le hizo alcanzar unas altas cotas de popularidad, estableciendo unas bases sólidas y marcando el inicio de una nueva era para las franquicias enfocadas al miedo y la supervivencia. Razón por la cual —¡nada que ver con los «oros»!—, Capcom nos brinda la oportunidad de disfrutar una remasterización del remake de uno de los mayores exponentes del terror en estado puro, bastante distanciado del enfoque ofrecido por la compañía en los últimos títulos de la franquicia. Así pues, para quienes lleven criogenizados desde principios del año 2000 —o en su defecto, sean demasiado jóvenes— os pondré en situación…

Chris, this way!

Según el personaje al que decidamos manejar en nuestra aventura, la historia tendrá dos posibles desarrollos en una misma línea base. Asimismo, cada cual contará con sus propias características, beneficios y contras, condicionando así la manera en que deberemos afrontar unas y otras situaciones. No hay una elección «mejor» o «peor», ya que se puede completar perfectamente con ambos. En caso de buscar un reto o estar ya más que curtidos en el género, el protagonista masculino será la opción adecuada: es más resistente a los ataques, pero su inventario es más pequeño y se traducirá en más paseos por el edificio. Si no queréis complicaros tanto la existencia, Jill es la mejor opción pese a ser más débil físicamente: su mochila alberga dos espacios más y tiene a mano la ganzúa como objeto especial, permitiéndonos abrir determinadas cerraduras sin necesidad de la llave adecuada. Una vez nos decantemos por uno u otro, dará comienzo la verdadera aventura.

Retrocederemos en el tiempo hasta el año 1998… El equipo Bravo de los S.T.A.R.S, el grupo de Fuerzas Especiales de Raccoon City, desapareció sin dejar rastro algunos mientras llevaban a cabo una investigación relacionada con una serie de homicidios en extrañas circunstancias: aparentemente, las víctimas mostraban heridas de dentelladas en sus cuerpos. Al no tener noticia alguna de ellos, el departamento de policía pone en marcha a su segunda unidad: el equipo Alpha.

En el momento en que descubrimos el trágico destino de nuestros compañeros, la situación se torcerá en cuestión de segundos, obligándonos a escapar para mantenernos con vida. Pero nada más lejos de la realidad: tras aquellos portones se ocultaba algo mucho peor…

What are you laughing at?

Una de las principales características de esta saga desde sus inicios ha sido la presión constante: escasez de munición, pocos objetos curativos, limitación del número de guardados, carencia de puntos de control, un buen número de enemigos y puzzles medianamente rebuscados. De hecho, si con sólo leer lo mencionado con anterioridad ya os parece estresante, definitivamente, este no es vuestro juego.

La gestión de recursos y la exploración serán pilares básicos. O nuestra mayor preocupación. Nadie quiere encontrarse ante un zombie a la vuelta del pasillo cuando nuestro arma cuenta con apenas medio cargador, ¿verdad? Por esa misma razón debemos planear muy bien cuánto gastar nuestras balas o evitar una situación concreta. Como recomendación, no recarguéis constantemente la pistola a menos de que sea estrictamente necesario ya que cada clip cuenta con una bala «especial» capaz de eliminar a los no muertos reventándoles la cabeza de un tiro, eso sí, de manera aleatoria. Por un lado, nos permitirá ahorrar queroseno. Por otro, siempre es mejor gastar un par de balas que vaciar más de medio cargador en cada encuentro.

El juego obliga constantemente —más aún si desconocemos las rutas adecuadas— a retroceder sobre nuestros pasos, ya sea para almacenar recursos en los baúles, buscar nuevas rutas para avanzar o para guardar nuestro progreso. De ahí la importancia de rebuscar en cada estancia a medida que avancemos, asegurándonos un buen progreso incluso cuando no sepamos para qué puede servir determinado objeto. Al menos estará en nuestro inventario y ya habrá tiempo de descubrir su utilidad.

Como comenté unas líneas más atrás, el sistema de guardado es manual. Además, no sólo hay que localizar los puntos de guardado sino que necesitaremos cintas de tinta para poder utilizarlos. Es un objeto como otro cualquiera y, por lo tanto, se pueden agotar. Si después de una hora de juego no llevamos uno encima y se activa un evento para el que no estamos preparados… Respirad hondo: estáis jodidos. No se puede decir de otra forma más suave. Y si no tenéis la suerte o pericia suficientes para superarlo, tocará repetir. Dado que no controlamos lo que «está por venir» y, en ocasiones, no hay otra opción más allá que avanzar con lo que «llevemos puesto», la tensión está asegurada.

Los puzzles son algo clave en este título. Si os habéis acostumbrado a que un «objeto a» sirva para activar un «suceso b», olvidadlo. Cada objeto en nuestro haber puede ser explorado desde distintos ángulos , permitiéndonos incluso interactuar con ellos. Quizás el «objeto a» pase a ser «una pieza del objeto b» tras el chequeo. Y tal vez esa «pieza del objeto b» necesite combinarse con una o dos más para atravesar una puerta o resolver un misterio concreto. Enigmas a la vieja usanza no faltarán: colocar unos elementos en un orden concreto, descifrar un código o desbloquear una puerta gracias a un terminal serían algunos de los ejemplos.

El elenco de enemigos es variado: pese a ser un título con tantos años a la espalda y del que tanto se sabe, mejor que descubráis la mayoría de ellos por vosotros mismos. Eso sí, el protagonismo indiscutible es para los zombies tradicionales, encontrándose repartidos a lo largo y ancho de la mansión y sus alrededores. Por suerte, nuestros protagonistas podrán hacer uso de armas de autodefensa en aquellos momentos en que evitar un agarre sea imposible. Las dagas o las granadas aturdidoras podrán salvarnos la vida literalmente y, además, no ocupan un espacio útil en nuestro inventario. Su funcionamiento es sencillo: cuando una de esas criaturas esté suficientemente cerca como para lanzarse sobre nosotros, el personaje en cuestión le clavará un puñal o le introducirá una granada en la boca. En el segundo de los casos es recomendable apartarse un poco hasta que haya una explosión de purpurina. Aunque un disparo suele acelerar dicho proceso.

What is this place?

Aun con el paso de los años, y pese a la reedición de los fondos pre-renderizados —que no todos, o no al menos con las mismas ganas— para adaptarlos a los nuevos formatos, sigue siendo un trabajo más que notable: el apartado visual y la dirección artística son espectaculares. Pocos títulos han recreado una ambientación tan siniestra e inmersiva como ha conseguido hacerlo Resident Evil. Además, hay que sumarle la mejora en los juegos de luces y sombras. ¡Y con una resolución de 1080p! Por si fuera poco, también contamos con una OST adaptada a cada situación y estancia, creando un ambiente concreto. Todo muy bien pensado y ejecutado.

Si nos centramos en el modelado y texturizado de personajes, el nivel de detalle en comparación al título original es obvio.  Eso sí, nadie negará que en las versiones jugables de la BSAA se hace incluso más evidente.

En cuanto al doblaje con subtítulos en castellano, sigue siendo más que aceptable, quedando a la altura del resto de apartados que conforman el conjunto de Resident Evil HD Remaster. La parte sonora, dicho sea de paso, se ha retocado para compatibilizarlo con sistemas de sonido envolvente.

Capcom ha querido mimar a sus fans más antiguos introduciendo la opción de usar el formato original a 4:3. Pero no es el único cambio: quienes no extrañen en absoluto el modo de control «estilo tanque» tendrán a su alcance un sistema de movimiento más acorde a los videojuegos actuales.

Oh yes, my dear. Just like this!

Como conclusión final y sin divagar más de lo necesario: Resident Evil HD Remastered es un título imprescindible cuyo contenido y calidad son sublimes, dándonos una experiencia grata y convirtiéndolo en una compra imprescindible. Y con más razón si tenemos en cuenta el precio de salida. Con este lanzamiento, Capcom ha demostrado que los años no han pasado en balde y la experiencia sigue siendo tan disfrutable como el primer día.

¡Dulce y querida nostalgia materializada en forma de sesos desparramados!