Con el tema de las realidades alternativas o «What if…» tan a la orden del día en unos y otros ámbitos, en Padre de Familia quisieron aportar su pequeño granito de arena al respecto recreando cómo sería su universo si la factoría Disney se hubiera encargado de darle vida.

Si he de destacar algo, sería lo sorprendente que me parece cómo cambian las expresiones y las sensaciones que transmiten los personajes tras ese lavado de cara hacia un mundo más «amigable». Stewie refleja a la perfección esto que he dicho, pasando de ser un pequeño lleno de maldad en su interior a convertirse en una «criaturita de luz». Un nene adorable rebosante de alegría cuyo carácter es diametralmente contrario al de su versión original. Más o menos. Y es que ya sabemos cómo funciona el universo de Disney: canciones por doquier, animalitos felices, mundos de fantasía y belleza sin parangón, buenos valores y ejemplos… Aunque con alguna que otra excepción.

Recordemos que, a fin de cuentas, una de las características de la serie es lo políticamente incorrecto. Y parece que en esta ocasión tampoco pudieron evitar dejar su «firma» personal.