¡Bienvenidos! Ah… ¿Que quién soy?
¿Por dónde empiezo? Nunca se me dio bien hablar sobre mí mismo sin extenderme más de lo necesario, para qué negarlo. Sin embargo, y aunque no prometo nada… ¡Habrá que intentarlo!
Según me han contado, nací un 5 de junio del año 1988 en Madrid. Un día lluvioso, por cierto. Y pese a que siempre me lo han negado, sigo pensando que soy uno de esos «errores» que tardan alrededor de nueve meses en materializarse y te acaban acompañando toda la vida. O si cuentas con un poco de suerte como es el caso, hasta que cumplen cierta edad. En el entorno en el que me crié, el amor por el arte en todas sus vertientes estaba muy presente, siendo este detalle un factor clave e influyente en mis intereses y en mi carrera, tanto académica como laboralmente.
Bien temprano enlacé amistad con unas señoras llamadas Plastidecor, fieles compañeras de aventuras jornada a jornada. Supongo que aquello fue mi primer roce íntimo con la ilustración, si es que a esos extraños y perturbadores «mojoncillos» que dibujaba se les pudiera dar esa etiqueta, obviamente. Pasaron los años mientras me dedicaba a garabatear cualquier superficie que se topara en nuestro camino. El papel nunca fue suficiente. Ni, al parecer, las broncas en las que trataban de explicarme la diferencia entre «la pared» y «un folio».
Crecí rodeado de ordenadores con Windows 3.1. Gracias a ellos conocí a un tal Aldus PageMaker y con su ayuda pude hacer mis primeros pinitos en la escritura. Echando la vista atrás, la verdad es que parecía como si un grupito de monos me hubieran poseído para aporrear el teclado, pero no importaba. Disfrutaba de aquellos momentos como si fueran únicos y, lo más importante, estaba encontrando mi propia manera de expresarme mediante las palabras.
Las nuevas tecnologías abrieron ante mí un nuevo mundo de posibilidades: usándolas de la manera adecuada, tenía la opción de darle a mis ilustraciones un toque distinto. De este modo fue como me adentré en el mundo de Adobe hasta cruzar mis pasos con un señor con monóculo. Si no recuerdo mal, se llamaba Photoshop. Saber las posibilidades que me otorgaría dicho programa y las nuevas inquietudes enfocadas al diseño que habían crecido dentro de mí durante todos esos años me llevó a tomar una decisión: abandonar de inmediato el bachillerato —aun habiendo terminado el primer año— para empezar una nueva hazaña mucho más motivadora y, sobre todo, eliminar esa sensación de estar cursando una serie de asignaturas que no me terminaban de llenar del todo.
Como imaginaréis, mis estudios se desviaron hacia el «mundo de la creatividad»: de la noche a la mañana decidí entrar en la Escuela Superior de Dibujo Profesional. O ESDIP para los amigos. En ella me apliqué al 100% en los cursos de Diseño Gráfico y Web y Diseño y Animación de Videojuegos. Además, tuve la suerte de acceder a unos cuantos trabajos de freelance durante dicha etapa, en su mayoría para particulares o pequeñas empresas. Tiempo después se dieron mis primeras tomas de contacto con «empresas grandes», realizando piezas para cabeceras conocidas en nuestro país como, por ejemplo, Marca o El Mundo.
Más tarde, y por recomendación de un conocido, realicé un curso de Técnico en Preimpresión en el Instituto Tecnológico Tajamar con el fin de expandir mis conocimientos y crear una base sólida e inamovible de las herramientas que ya había estudiado con anterioridad. El verano siguiente a la conclusión del primer año, se me presentó la oportunidad de ocupar un puesto en Unidad Editorial durante dicho periodo. Pero en aquella ocasión no sería como externo.
Pasaron las semanas y, pese a haber sido primero de promoción en Tajamar, abandoné los estudios —¡otra vez!— en pro de una nueva aventura que me satisficiera más. Acabé dentro del equipo de Why Not Challenge, conociendo bien de cerca, con sus virtudes y defectos, el mundo de las agencias y participando en la elaboración de las campañas de estreno para las series «ExConvictos» y «American Horror Story» de la cadena FOX.
Tan sólo unos meses después terminé fichando por el Grupo Vocento como Diseñador UI / UX & Gráfico. En dicha etapa participé en productos enfocados al ámbito digital, ya fueran webs o aplicaciones, como en múltiples creatividades para prensa. Si tuviera que destacar un proyecto entre todos ellos, sin duda sería la aplicación de tablet para MujerHoy, siendo parte del equipo que consiguió la medalla de Plata en los ÑH10 de la Society of News Design para esta app. Asimismo, desde el propio grupo me ofrecieron realizar el curso de Gestión de Modelo Minicompañía impartido por ASENTA Management Consultants, en el cual enseñaron detalles y métodos relacionados en cierto modo con la administración y gestión de empresas. En resumidas cuentas, adquirí los conocimientos necesarios sobre, valga la redundancia, gestión de equipos utilizando metodologías ágiles. Y tal fue la intención con la que me ofrecieron llevar a cabo la formación: encargarme de la gestión y organización del departamento y de sus miembros como segundo al mando del equipo de diseño. Algo que me hizo aprender gran cantidad de cosas, tanto a nivel profesional como personal.
Mi siguiente lugar de aterrizaje fue Mamitown, elaborando piezas para Salón des Fleurs, el Centro Valle36 o la Fundación Ana Carolina Díez Mahou. No fue una estancia demasiado larga, pero entre lettering y lettering el entretenimiento no faltó.
Inmediatamente después pasé a formar parte de Vector ITC Group, aunque en realidad la oferta implicaba estar desplazado en cliente. Dicho cliente fue el Banco Santander. Más concretamente, como miembro de ISBAN. No sabía nada acerca del mundo de la banca más allá de lo que había «oído hablar» y, sin embargo, he de admitir que fue una de las empresas en las que más a gusto he estado, donde las facilidades y la amabilidad estaban a la orden del día y, siendo algo bastante relevante para cualquier diseñador, con una variedad de proyectos lo suficientemente amplia y realmente interesante.
Después de aquella experiencia di el salto al mundo de la ciber seguridad en Panda Security, participando en la elaboración de piezas para su software, en el rediseño de su portal web, con creatividades para redes sociales o llevando a cabo una buena cantidad de sus landings. Poco puedo decir aquí más allá que… ¿Menudo mundo más curioso el de la protección online? Dejémoslo ahí.
¿Y cuál es mi objetivo actual? Seguir creando. Disfrutar de cada trabajo, de cada nueva creación y, posiblemente a lo que más valor debería dársele, seguir aprendiendo día tras día. Sólo me queda agradecer a todos esos profesionales que durante mi carrera laboral apostaron por mí sin dudarlo, me impregnaron de lo mejor de sí mismos y se preocuparon de que mejorara pasito a pasito. Gracias a todos, de verdad.
Ah, ¿que qué pasó con mi vena literaria, dices? Lo más destacable a día de hoy fue mi participación en el I Certamen Internacional de Relatos Eróticos convocado por la editorial DISLIESIND, quedando finalista en tercera posición con mi relato «Entre pinceladas». Aunque es cierto que cosa no quedó ahí y desde entonces también publico pequeños textos en Instagram o Facebook. Y para acabar, no puedo olvidarme, por supuesto, de los artículos que escribí durante un tiempo tanto para determinado portal de videojuegos independiente como para su revista impresa.
¡Y eso es todo!
Parece que se ha quedado una bonita tarde después de este pequeño ladrillo textual…
Dicho lo anterior, si estáis interesados en contactar conmigo o conocer más sobre mí en el aspecto creativo, bien podéis enviar un email a la dirección de correo alex@argentum47.com o seguirme a través de los siguientes enlaces:
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