Anatomía del deseo · Anotación nº006: Mentes
Cuentos de hadas donde no quedan tiernas miradas ni conversaciones hasta altas horas de la madrugada. Se acabaron aquellos interminables paseos; nunca más se escucharán los «para siempre» salidos sinceramente del corazón; no habrá ramos de flores ni cajas de bombones esperando sobre la cama en el día de San Valentín. Y como era de esperar, los suspiros tras un beso apasionado se transformarán en el silencio más absoluto…
Nuestra mente permanece en blanco pero, a su vez, se empeña en imaginar un horizonte infinito plagado de recuerdos, siendo este el único lugar en que esas sensaciones permanecerán intactas. No obstante, la realidad es que todo ha cambiado: los sentimientos que experimentemos en el proceso serán totalmente opuestos a los vividos en el pasado.
Nos preguntamos si fue una decisión acertada. Escuchamos decenas de opiniones tratando de convencernos de que sí. Otras tantas en las que al parecer no lo fue. Algunos incluso se atreven a decirnos lo que hubieran hecho en nuestro lugar, como si supieran manejar mucho mejor que nosotros una situación de la que en ningún momento fueron protagonistas cuando ni siquiera lo fueron de otra similar.
No queremos olvidar, mas tampoco estamos dispuestos a aprender a vivir con ello.
Pero… ¿y qué importa? Al final todo se reduce a lo mismo.
«Pensando en él…»
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