¿Dispuestos a conocer hasta qué nuevos niveles se llega a elevar el terror? En caso positivo, Kitchen es una visita más que obligatoria para quienes asistáis al Madrid Games Week 2015.

El increíble secretismo que rodeaba a este título mantuvo la expectación latente desde el minuto cero. Es prácticamente imposible encontrar un video del juego en sí en internet o, si quiera, verlo mientras otra persona disfruta de él: el monitor correspondiente se encuentra apagado y el staff de PlayStation controla la acción desde una pequeña pantalla. Un buen punto por parte de Sony, ya que así han conseguido que todos y cada uno de los jugadores que se han atrevido a probarlo disfruten de la experiencia desde el absoluto desconocimiento. Algo muy importante cuando se quiere conseguir un «terror» efectivo.

¿Dónde nos estamos metiendo…?

Incluso antes de llegar al asiento designado, uno de los miembros del staff se encargó de comentar un tanto por encima sobre el título, haciendo hincapié en cosas como que era un juego de miedo o que podría llegar a provocar nauseas y mareos debido al uso de las gafas por parte de personas sensibles. Pero aquello no era lo realmente importante… Lo más desconcertante fue, sin duda, el consejo de «levantar la mano en caso de no soportar lo que te encuentres al jugar». Con una premisa así, ¿quién no estaría deseando ponerse esas «gafas» de inmediato? ¿Tan aterrador iba a ser?

Como el propio título de la demo indica, nos encontraremos en una situación un tanto complicada que transcurre en el interior de una cocina. Ni más, ni menos. Una vez equipados con los gadgets correspondientes, nos situamos ante una puesta en escena espectacular, con todas las letras. Tanto visualmente, permitiéndonos girar la cabeza a lo niña del exorcista para ver y recrearnos en todos los tétricos detalles que componen el escenario, como sonoramente, ya que si disponemos de un buen equipo seremos capaces de percibir la dirección desde la que provienen los sonidos. Esto hace que, bajo mi humilde opinión, se disfrute de un nivel de inmersión superior al del resto de demostraciones de realidad virtual disponibles. Quizá, la única pega destacable es el bajo nivel de interacción a nivel jugable que posee.

Gráficamente ofrece un grado de realismo bastante alto, mostrando efectos de partículas, iluminaciones, modelados y texturizados muy, muy cuidados. Por otro lado, resultó imposible evitar que P.T. apareciera en mente según avanzaba el planteamiento de dicha demo. Además, la percepción tridimensional es casi impecable. Si bien es cierto que hay una serie de elementos aún por pulir para conseguir el «efecto perfecto», no cabe duda que están en buen camino. Me arriesgo a decir que PlayStation VR puede ser un producto redondo en su versión final.

Y a partir de aquí empiezan las impresiones con spoilers incluidos. No quiero destrozar la sorpresa ni mucho menos estropear la experiencia de juego individual en Kitchen, por lo que si creéis que vais a tener oportunidad de probar esta demo técnica en algún momento os recomiendo abandonar la lectura ahora mismo.

La primera impresión es un total desconcierto. Nos encontramos sentados en una silla, siendo el objetivo principal de una cámara de vídeo. Maniatados y aturdidos, observamos a nuestro alrededor tratando de situarnos: una cocina destartalada con objetos cuyo nivel de higiene posiblemente nos haría vomitar en la vida real. Para desarrollar la historia, nuestra primera interactuación será tirar al suelo la videocámara. Para ello nos ayudaremos del DualShock 4 y su sensor. Al instante descubriremos un cuerpo situado a nuestra izquierda.

Una vez recobremos la compostura, un supuesto amigo buscará con qué liberarnos. Por suerte, parece encontrar un cuchillo. En un intento futil, moveremos el mando de arriba a abajo intentando acelerar el proceso en pro de deshacernos de las ataduras. Más tarde, sólo podréis maldecir la inutilidad de este compañero improvisado, ya que una extraña criatura con aspecto de mujer le atacará hiriéndole mortalmente. Ella nos observara, sonriendo de manera enfermiza para, sin esperarlo, clavarnos el filo en el muslo.

Sin pensárselo dos veces agarrará al otro personaje y desaparecerá entre las sombras. Los inquietantes ruidos se harán cada vez más constantes. No importa lo que hagamos, por mucho que analicemos el escenario de manera concienzuda no encontraremos cómo salir de esa situación. Incluso algo distraerá nuestra atención: como si de una pelotita se tratara, la cabeza del pobre desgraciado quedará frente a nosotros. Giramos el mando y, en efecto, su rostro está desencajado mientras el suelo se llena de sangre.

Nuestros oídos se percataran del cercano aliento del aquel ser… pero sin llegar a localizarlo. Pasarán tan sólo unos segundos hasta que sus manos aparezcan delante nuestra. La escena terminará con la mujer frente a nosotros, observando, emitiendo ruidos extraños y, finalmente, acuchillándonos. Todo se desvanece en la oscuridad…