Ron Mueck: Realidades limítrofes
Tal vez el nombre de Ron Mueck no os suene absolutamente de nada en un primer momento, pero es bastante probable que os hayáis cruzado con sus obras en alguna etapa de vuestras vidas, aunque sea por casualidad y a través de una pantalla.
Nacido en 1958, Ron es un artista cuyo campo es la cultura hiperrealista. Profesionalmente hablando, su carrera comenzó en el mundo de los efectos especiales para el cine. Participó en películas como Labyrinth o The Dark Crystal bajo el mando de Jim Henson. No obstante, ya había dado un paso hacia el mundo del arte gracias a su talento para desarrollar creaciones plásticas con un realismo asombroso.
Mueck se trasladó a Londres para establecer su propia compañía, creando utilería y animatrónicos para el mundo de la publicidad. A pesar de alto nivel de detalle en sus trabajos, estaban diseñados para ser fotografiados desde un ángulo concreto, ocultando así el «desorden» de la obra si se observaba desde cualquier otro ángulo. En una evidente búsqueda de la perfección, el creativo comenzó a elaborar nuevas esculturas en las que subsanar ese «contra», procurando que dichas piezas se vieran de manera más «armoniosa» desde cualquier punto desde el que fueran observadas.
En 1996 derivó hacia el «arte refinado», colaborando con su suegra Paula Rego en la producción de pequeñas figuras como parte de una muestra en la galería Hayward. Rego presentó las piezas a Charles Saatchi, un importante empresario por aquel entonces, quien asombrado por su trabajo comenzó a coleccionar sus obras y a realizar una serie de encargos. Gracias a tal suceso, tomó un rumbo que le llevaría a la creación de «Dead dad», una recreación hiperrealista en silicona, entre otros materiales, del cuerpo muerto de su padre reducido a dos tercios del tamaño real. Una de las mayores curiosidades entorno a esa escultura fue que el mismísimo Mueck utilizó su propio pelo para el producto final, dándole así un toque más personal si cabe. O tétrico, dependiendo del observador.
Las esculturas de Ron reproducen fidedignamente cada detalle del cuerpo humano, mas juega con la escala para crear escenas tan llamativas e impactantes como bellas. Durante años, causó diversas polémicas y reacciones extremas tanto a los críticos del mundillo como al público general. Y no es para menos: ¿quién sería capaz de mantenerse indiferente ante tales creaciones?
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