Susurro nº003

Jamás permitas al Sol cegarte con su haz de luz omnipresente, siempre constante… Recuerda: una vez la noche caiga, las estrellas serán tu única guía.

Pero, ¿quién en su sano juicio renunciaría a la calidez brindada por el astro mayor? ¿Cuántas personas estarían dispuestas a rehusar la comodidad que ofrece con su calor? Frente a nosotros, vías aparentemente despejadas bajo un cielo inmenso. Sendas perfectamente iluminadas a través de las cuales transitar sin un solo miedo de por medio. Maravillados por tal visión, el detalle más importante del camino cae en el olvido… O peor aún, pasa desapercibido. Porque en la abundante luminosidad, inevitablemente habrá lugar para las sombras. Y su ausencia debería levantar sospechas, ya que antes o después harán acto de presencia. Porque un exceso de claridad también deslumbra, alterando nuestra visión… maquillando así la realidad hacia una más idílica. Menos conservable… Más efímera.

Tan efímero como un pestañeo mirando en dirección al oeste… Uno tras el cual descubriremos cómo por encima de nosotros se expandió un lindo manto tintado en tonos azul marino. Confusos ante el inesperado cambio de escenario e incapaces de apreciar su belleza, sucumbimos a un temor irracional… Tanto el frío como el terror danzan a través de la espina dorsal, erizando el vello y reflejando en nuestras carnes una expresión de cobardía: la piel de gallina. Mas por malo que eso pudiera parecer, en realidad nos permite no sólo ver a nuestro alrededor, sino también observar… Sentir de verdad.

Percibiremos la brillante presencia de las estrellas sobre el firmamento, situadas estratégicamente como un salvoconducto. Como los lunares del espacio, definiendo el itinerario a seguir hasta alcanzar su pecho. Hasta perdernos en los bucles de un cabello que conforma nuevos universos. Diminutos astros que, aun viviendo en la penumbra, pierden parte de su brillo al regalárnoslo… Al no darnos por perdidos. Y al recordar…

«No hay virtud ni en la luz ni en la oscuridad cuando ambas carecen de equilibrio».

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