Argentum47
«En casa del herrero, cuchillo de palo».
Dicha frase aparece en mi mente en todas y cada una de las ocasiones en las que me propongo llevar a cabo alguna pieza para mí mismo. No sé si os pasará a vosotros, pero el proceso suele ser muuucho más lento. Además, sea cual sea el resultado, siempre acabo encontrándole pegas o termino decidiendo modificar tal o cual detalle… ¡Y a empezar de nuevo!
Cómo no, lo mismo ocurrió cuando trabajaba en las primeras versiones de mi propio logotipo: a más vueltas le daba, menos conforme me encontraba. Por suerte, la bombilla terminó encendiéndose y opté por un concepto que había estado presente todo este tiempo aunque no me hubiera fijado hasta entonces: mis iniciales. Porque sí, a falta de un nombre, tengo dos. Y casualmente, la unión de la primera letra de cada uno daba lugar al símbolo químico de la plata. Así pues, partiendo de esa idea, desarrollé la marca aquí presente.
Pero no todo iba a ser negativo: entre idas y venidas, al final, se podría decir que esta creatividad es una de las que más orgulloso estoy. Y con lo que tardó en macerarse… ¡no es para menos!